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Decimoctava edición (2014-2015)

Voz Natura se cuela en las agendas de la ESO y Bachillerato

 
Cuidar un huerto escolar es una actividad apropiada para cualquier edad. Pero aprovechar el huerto como práctica para la creación de un plan de negocio es ir un paso más allá. Ese valor añadido para los proyectos, la mayor complejidad y especialización, es la característica principal de las actuaciones Voz Natura desarrolladas por los estudiantes de secundaria y bachillerato: cerca de 7.000, en 25 institutos y 31 colegios.

Los 37 alumnos del bachillerato del IES Arzobispo Xelmírez I, de Santiago, son los que están enfrascados en la elaboración de un plan empresarial para su huerto ecológico. El objetivo del proyecto es que el alumno, a través de la preparación y explotación de una huerta, experimente lo que significa emprender. Desde la iniciativa de la puesta en marcha de la idea o la planificación de las labores de sembrado, del cuidado y recogida, pasando por el análisis del mercado y las alternativas de comercialización del producto.

En Meaño (Pontevedra), el instituto local desarrolla este año en el proyecto Cultura friki. Al tratarse de un centro ubicado en una zona rural donde la mayor parte de los alumnos disponen de huerto en sus casas, la coordinadora del trabajo, Ángela López, ha buscado una original forma de motivar a sus estudiantes: realizando cultivos ecológicos pero con semillas poco habituales o que les resulten sorprendentes como patatas azules, estevia o cacahuete.

Muchos son los centros que se aprovechan para cuidar los ecosistemas de su entorno a través de Voz Natura: el IES Alfoz-Valadouro cuida el río Ouro; el IES María Casares, de Oleiros, trabaja en el monumento natural Costa de Dexo-Serantes; y el IES Fragas do Eume se estrena en Voz Natura estudiando el parque natural de su zona.

El reciclaje —tema predilecto para los benjamines de Voz Natura— también llega a las aulas de secundaria y bachillerato. Ni adornos de Navidad, ni disfraces de carnaval. Los alumnos del IES San Tomé de Freixeiro, de Vigo, se apuntarán este curso a darle una segunda vida a los residuos con los que construirán nada menos que las máquinas de Leonardo da Vinci.